Wednesday, May 24, 2017

Speech at SIDA - Stockholm on trade, climate and development

Trade, climate and development 
Speech at the Swedish International Development Agency (SIDA)
Stockholm, Sweden
May 23, 2017

A Swiss investment bank has an interesting slogan: “A long view improves our view of the short term.” This is a very special month to me. Earlier in May my grandmother turned 102 and she keeps lucid and in good health. Also, any day now –hopefully not today- my wife will give birth to our second child. If this child enjoys the life expectancy of my grandmother, he or she will be alive in the year 2119. So when we speak about end-of-the-century scenarios I take it personal even though I will not be here.

I wish to mention briefly six issues that relate to our topic of today. First of all, the multilateral trading system is showing serious dysfunctions between what it should be doing and what it is doing. It should be doing all it can, as fast as possible, to implement all trade policy mechanisms that will allow us to reach the Agenda 2030 Sustainable Development Goals ideally way ahead of their deadlines. Instead, what we are doing is better illustrated by a Spanish fable of a group of rabbits that were hanging out in the forest when suddenly one yelled “dogs are coming!” One rabbit went to have a look and determined it was a pack of retrievers. “They are retrievers”, he announced. Another rabbit went to verify and corrected, “no, they are hounds”. And so the discussion began: Retrievers! Hounds! Retrievers! Hounds! In the end, the dogs arrived and ate all the rabbits. The WTO is still uncertain whether it wants to retain the Doha Round architecture or move into something else. The WTO is still unsure what it wants to talk about, like new issues that were not included in the Doha Round, or even old issues such as e-commerce, in which a moratorium has existed and has been renewed every two years since 1998 on the issue of electronic transactions.

Second, the private sector is highly engaged in the green growth agenda. A group of more than 280 global investors worth some US$17 trillion, has requested the G7 targeted climate and energy plans for 2050, a phasing out of fossil fuel subsidies and carbon pricing, and adoption of policies for low carbon investment. This remarkable leadership should be backed with the corresponding public policymaking required to implement such an agenda.

Third, the SDG agenda that the WTO should be addressing and discussing with all its resources and human capital should contain concrete results on: a) fisheries subsidies; b) fossil fuel subsidies; c) clean energy and environmental goods; d) e-commerce (trade policy for the digital economy); e) sustainable agriculture and food stockpiles (and not the agriculture from the 1970s); and f) responsible production and consumption (trade policy for the circular economy), among others.

Fourth, the issue of sea level rise should be top of mind of all policymakers worldwide, not least at the WTO. The Arctic is very close to my heart as I lived in the Norwegian Arctic for two years and the estimates of sea level rise for 2100 factor in possible melting scenarios of the Arctic including Greenland, which are vast amounts of frozen fresh water. But that figure is dwarfed by the amount of water that is frozen in Antarctica and that scientists are starting to scratch the surface to determine not whether it is melting, but how fast and how much water would it release into the world’s oceans. In other words, catastrophic sea level rise, the one that will displace hundreds of millions of peoples that live within a kilometer of the coast will likely come from the south pole which we barely know anything about.

Fifth, regarding fossil fuels, Costa Rica has been taxing them heavily instead of subsidizing its consumption. Unlike many other countries that use fossil taxes to finance government spending, Costa Rica created, since 1988, the first known mechanism of payment for environmental services (PES) through which reforestation has been incentivized. After nearly 30 years of this policy, forest coverage has more than doubled, influx of tourists seeking ecological tourism has grown ten fold, and the economy has grown seven times. This proven story of success is adaptable to all tropical developing countries that possess half of the fertile land and water of the planet and that hold such abundance of natural capital and renewable resources.

Finally, many of you watched in excitement the amazing close-up pictures of Jupiter taken by Juno, a remarkable piece of technology that brought the giant planet closest to human civilization than ever before. This was in part due to the amazing coverage that NASA does on social media of space exploration. They figured out how to make space exploration cool so the younger generations are learning and excited and engaged about it. Is there any better way of promoting the study of science in this day and age? So we must keep this in mind and figure out a way to make trade and climate action cool, most particularly from a development angle, which is what millennials care about: will I have a job and will it matter to solve the problems that my generation did not create but needs to address to live in peace and prosperity.


Thursday, January 19, 2017

Xi Jinping en la ONU-Ginebra: el nuevo liderazgo global ha llegado


Hace varios años no sentía el optimismo y la esperanza por el futuro del planeta y de la humanidad como sentí esta noche, mientras escuchaba al presidente chino, Xi Jinping, en su discurso en el salón principal de las Naciones Unidas en Ginebra. Me hizo recordar los años en China en los que escuché docenas o quizás cientos de veces los discursos oficiales del gobierno que repetían incansablemente los valores de paz y reconciliación, justicia e igualdad, soberanía y gobernanza inclusiva, como elementos sin los cuales era imposible alcanzar el verdadero desarrollo, uno que fuera, además, sostenible.

El presidente Xi empezó su reflexión recordándonos que sólo existe un planeta Tierra en el universo y que es el único hogar que tiene la humanidad. La claridad incuestionable con la que manifestó el compromiso de su país por combatir el cambio climático me recordó que, durante los últimos diez años, ningún país ha invertido más en energías renovables que China. Están haciendo lo correcto sin dilaciones y con una asertividad inusual entre los liderazgos que vemos hoy en día en el planeta.

No sólo se refirió al Acuerdo de París, sino que hizo referencia específica a un crecimiento verde y bajo en emisiones de carbono, además de la necesidad de contar con un estilo de vida que sea circular en el uso de recursos naturales. Llevo 15 años leyendo esta teoría y jamás pensé escucharla en un líder público. Pues lo escuché esta noche, y, más que sorprenderme, me dio enorme gusto saber que fue del líder chino.

Continuó diciendo que el ser humano debe vivir en armonía con la naturaleza y que todo daño que le causamos al medio ambiente se nos devolverá en algún momento y de alguna forma. De manera muy poética, como sólo el idioma mandarín lo permite, dijo que difícilmente nos percatamos del aire, del agua, de la tierra o del cielo azul cuando los tenemos, pero que sin ellos no sería posible sobrevivir.

Con la misma seriedad y sentido de urgencia de combatir el cambio climático se refirió a la necesidad de aunar esfuerzos para eliminar todas las armas nucleares, combatir el terrorismo global, la problemática de millones de refugiados alrededor del mundo y atacar las enfermedades contagiosas en cada rincón del planeta.

En lo económico, expresó su deseo de que se sigan las normas comerciales multilaterales de la Organización Mundial del Comercio para alcanzar una globalización económica que nos permita agrandar el pastel y asegurarnos de compartirlo de manera justa y equitativa. Dijo que la realidad global también ofrece soluciones, y que lo más importante que China aprendió de la gran recesión global que inició en 2008, es que se debe fortalecer la coordinación en la gobernanza global para promover un crecimiento económico global abierto, incluyente, balanceado y beneficioso para todos sin excepción.

En lo político, se refirió a las intenciones chinas de forjar relaciones bajo la premisa sinérgica de ganar-ganar con los principales socios políticos y comerciales, y establecer alianzas basadas en el diálogo y no en la confrontación, ni en el criterio de poderío hegemónico de imponer intereses y valores en otros. Mencionó la importancia de alcanzar acuerdos por medios pacíficos e idear nuevos mecanismos más eficaces para resolver conflictos.

En temas de paz, nos recordó una verdad que a veces olvidamos, quizás porque tenemos el sesgo o la adicción por los conflictos más que por la paz. Dijo que las fuerzas de la paz exceden enormemente los factores de la guerra, y cuánta razón la que tiene. Luego citó mi manual de paz favorito, el milenario texto que guía los asuntos de Estado de los gobiernos chinos desde hace 2500 años: “El Arte de la Guerra es de importancia vital para el Estado. Es una cuestión de vida o muerte, el camino hacia la salvación o hacia la ruina. De ahí que es un asunto que no debe ser ignorado.” Afirmó, precisamente, que es un conjunto de preceptos éticos para alcanzar la paz y que debemos estudiarlo cuidadosamente. ¡Todos a desempolvar el librito! En la misma dirección de la paz, celebró la diversidad cultural de todos los pueblos y que la interdependencia entre ellos nos conduce hacia la innovación y la prosperidad. 

Sin duda, el presidente Xi le ha hecho honor al tema del Foro Económico Mundial de Davos de esta semana sobre liderazgo responsable. Incluso citó a Confucio y su versión milenaria de la regla de oro: “lo que no desees para ti, no lo hagas a otros,” y reafirmó que China estará bien sólo cuando el resto del mundo esté bien. Más claro no canta un gallo.

A propósito de gallos, celebró por anticipado el inicio del Año del Gallo de Fuego o gallo dorado que inicia el próximo 28 de enero y dijo que el canto del gallo dorado implica un nuevo amanecer para todos. 


Todo el discurso ha sido música para mis oídos. Reflexioné en algo que he pensado desde que empecé a ser usuario de redes sociales, y es que somos lo que comemos, una simple verdad que aplica tanto para los alimentos con los que nutrimos el cuerpo, como para la información con la que instruimos el intelecto y cultivamos el espíritu. La diferencia entre ruina y prosperidad bien podría estar en nuestras actitudes y en la información de la que se nutren. Así que me pueden servir este discurso para el desayuno, para el almuerzo y para la cena, todos los días de esta semana.